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Dos jóvenes del pueblo de Cabo de Gata, en la costa de Almería, pudieron subir al alto cielo y, a la vuelta, contaron.

Dijeron que habían contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y explicaron que somos un mar de fuegos.

–El mundo es eso – revelaron–. Cada persona brilla con luz propia entre todas las

demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos simples, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se pueden mirar sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.

Decidieron entonces que querían ser del tipo de fuego que enciende a los demás, y apostaron por juntar todo lo bueno de las personas en una firma de camisetas.

Una firma que se regiría siempre por tres principios:

Voluntad, Corazón y Cabeza.

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(Eduardo Galeano, gracias)

SOBRE NOSOTROS

“El producto interior bruto no refleja la verdadera riqueza que ha generado una sociedad o una empresa; lo único que refleja es si ese país o empresa ha

ganado más dinero, pero este indicador no señala si esa riqueza ha producido felicidad a quienes la han generado; tampoco habla de la huella ecológica que ha surgido para crearla o la manera en que se ha distribuido esa suma.”

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(Sergio Fernández)

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